Justo José de Urquiza; Urquiza, Justo José de

En 1839, enfrentó junto a Pascual Echagüe -gobernador de Entre Ríos- al ejército Libertador, compuesto por una coalición entre Corrientes, el ejército de Córdoba a cargo del general José María Paz y las tropas uruguayas, al mando de Fructuoso de Rivera. En 1841, anticipándose al designio de lanzar sobre Entre Ríos una concentración de tropas que no hubiera podido resistir, Echagüe invade Corrientes, pero es derrotado y la Sala de Representantes elige gobernador de la provincia a Urquiza. Al año siguiente, las tropas de Paz toman la ciudad de Entre Ríos; invade Uruguay en una campaña que finaliza en 1845 con la derrota de Rivera, exiliado en Brasil. En 1846 inicia una campaña contra Corrientes que finaliza con la derrota del jefe del ejército, Juan Madariaga, quien es tomado prisionero. El hermano de Madariaga inicia negociaciones para liberarlo y a cambio, Urquiza pide que Paz sea destituido de su cargo. El ejército correntino queda disuelto y Corrientes se incorpora a la Confederación, sobre la base del pacto federal de enero de 1831. Rosas desestima ese tratado y obliga a Urquiza a exigir la sumisión de Corrientes, sin condiciones. Pese a que Urquiza cumple sus deseos, Rosas desconfía de él y vigila sus movimientos constantemente.

En 1851, y habiendo sido reelegido en su cargo de gobernador, Urquiza invitó a los gobernadores de las provincias a "salvar a las repúblicas del Plata del abismo profundo a cuyas cimas las conduce aceleradamente el genio maléfico que preside los consejos del Gobernador de Buenos Aires". También comunicó su resolución al gobierno de la Defensa de Montevideo -sitiada por las tropas de Oribe y Rosas- pero sólo Corrientes se mostró dispuesta a colaborar; el resto de las provincias se mantuvo fiel a Rosas. En 1851 Urquiza vence a Oribe y levanta el sitio de Montevideo, con el apoyo de las tropas uruguayas contrarias y el ejército de Brasil y en 1852, derrota a Rosas en la batalla de Caseros. Antonio Pozzo, retrata su entrada a Buenos Aires y captura un ícono del poder de la Confederación: Urquiza viste un atuendo típico del interior, el poncho a rallas, pero como una apropiación descarada de los símbolos de la civilizada Buenos Aires, lo acompaña con una galera.

Ese mismo año, todos los gobernadores de las provincias se reunieron en San Nicolás para ratificar el pacto federal de 1831 y sentar las bases para un Congreso Constituyente que debía realizarse en Santa Fe. Provisoriamente, Urquiza fue nombrado Director Provisorio de la Confederación. El acuerdo de San Nicolás provocó gran malestar en Buenos Aires que se separa de la Confederación. En mayo del año siguiente se promulga la primera Constitución argentina, firmada por todas las provincias, excepto Buenos Aires. Por eso, Paraná s declarada capital provisoria de la Nación.

Durante algunos años, Buenos Aires y la Confederación actúan casi como naciones separadas, con sus propios delegados y representantes en el extranjero, pero en mayo de 1959, la Confederación autoriza a su presidente, Justo José de Urquiza a resolver la cuestión de la integridad nacional, por vía diplomática o por la guerra. En octubre del mismo año, Buenos Aires bombardeó Rosario pero el ejército de la ciudad de Buenos Aires, al mando de Mitre es derrotado por Urquiza y Buenos Aires se reintegra a la Confederación. Urquiza es declarado "fundador de la unión nacional y de la República Argentina". Sin embargo, la lucha por la primacía de Buenos Aires, continúa. En 1861 el ejército de Mitre y el de Urquiza vuelven a enfrentarse en la batalla de Pavón. El triunfo es de Mitre: Buenos Aires queda como capital de la República y Mitre es el primer presidente de la Nación Argentina.

En 1868, Urquiza se presenta como candidato a la presidencia del país pero es derrotado por Sarmiento. En ese mismo año se lo eligió gobernador de Entre ríos. Dos años más tarde es asesinado por una conspiración en su contra.

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